Continúo con nuestro viaje por tierras portuguesas, que en la anterior entrada dejé a medias cuando nos fuimos a dormir al camping en la localidad de Coimbra.
Jueves, 1 de Abril
Por la mañana, bien temprano (recuerdo que el camping ni siquiera estaba abierto y tuvimos que esperar a que nos abrieran la verja) salimos de Coimbra para llegar hasta nuestro siguiente destino: Aveiro.
Dejamos la dragoneta en un aparcamiento enorme que hay pegando al canal a las afueras de la población
salimos a dar un paseo para conocer la ciudad, de nuevo con fachadas preciosas
y al fin nos damos cuenta de porqué se le llama pequeña Venecia
antes de continuar, decidimos hacer una parada en una pastelería-cafetería por esta zona y sentarnos a desayunar, pues habíamos salido muy temprano y no nos había dado tiempo a nada. Y después, salimos para dar un garbeo por sus calles
y admirar sus edificios, iglesias...
la Catedral
llegamos también hasta la lonja del pescado.
Cuando estabamos ya bastante cansados, volvimos a parar en otra cafetería en la que vimos que servían Francesinhas, plato que según parece es muy típico de esta zona y del que habíamos leído que no nos lo podíamos perder si veníamos por aquí.... y consistente en una especie de sandwich relleno de carne, salchichas y regado con una salsa hecha con cerveza, que parece que es lo que le da el toque. Nos lo sirvieron acompañado de un huevo y patatas (la Francesinha completa) y la verdad es que estaba riquisima... aunque picaba como los rayos... y yo, que no soy muy de picante... pues echaba humo hasta por las orejas, jajaja...
Pero en fin, todo sea por probar platos nuevos... el caso es que cuando acabamos de comer, salimos dando un paseo hacia la autocaravana ya que habíamos visto lo más importante de Aveiro y queríamos marcharnos a dormir a otro lugar en cuanto descansaramos un poco...
concretamente, el lugar que buscábamos para pernoctar, es Costa Nova
Las coordenadas nos llevaron a un área para autocaravanas que hay al lado de la playa
está justo antes de la duna de arena
que separa las casas de la playa, y que por supuesto fuimos a ver y admirar un rato al mismo llegar, jejeje... la verdad es que es una zona preciosa que merece la pena visitar....
En cuanto colocamos todo, cerramos la auto y fuimos por el pueblo a dar una vueltecita...
Algo que Costa Nova tiene de particular es la fachada de las casas... la mayoría son a listas de colores muy vivos, ya sean rojos, verdes, azules, amarillos... y que produce un efecto muy bonito a la vista...
yo francamente, me quedé "pillada" con las casitas, jeje..
después de un buen paseo, de comprar pan y algunas otras cosas en un super del pueblo, volvimos de nuevo a la zona de las autos
antes de subir a la auto para cenar, nos acercamos a una bonita iglesia que había al lado para ver si podíamos verla
Llegamos a la dragoneta y nos subimos para tomar un bocado y sentarnos un rato... esperamos a que baje más el sol y como los críos tenían ganas de jugar en la arena, nos vamos todos a la orilla de la playa a disfrutar de las vistas
Y cuando el sol se ocultó completamente, después de jugar un buen rato entre la arena y el agua, nos fuimos a la cama
Viernes, 2 de Abril
Por la mañana bien temprano, nos levantamos y salimos hacia el siguiente lugar a visitar... Oporto.
Dejamos la autocaravana en un aparcamiento algo apartado del núcleo úrbano, pero con un autobús justo en la puerta, jeje... que utilizamos en cuanto cerramos todo, para llegar al corazón de Oporto.
El autobús nos dejó al lado de una gran plaza, la praça de Batalha, en la parte alta de la ciudad y donde se encuentra la Iglesia de San Ildefonso, aunque a estas horas estaba cerrada.
Nos encaminamos hacia la izquierda, desde la que sale una de las calles más transitadas y céntricas...
y en la que se encuentra el archifamoso café Majestic... pasamos a tomarnos un café (que menos), pero nos fuimos pronto para seguir viendo Oporto.
Y andando, andando, llegamos hasta una avenida enorme, la avda. de los Aliados...
con muchos edificios antiguos y algunos de ellos muy muy bonitos (o al menos a mí me lo parecieron)
recorrímos toda la avenida hasta llegar al final...
en donde girábamos a la derecha para encontrarnos una "bonita" cuesta en cuya parte más alta se encuentra la iglesia de los Clérigos... construida en el lugar que se conoce como "el cerro de los ahorcados", por ser el lugar en donde se enterraba a los ajusticiados....
y su torre... ambas construcciones forman un precioso conjunto monumental del barroco.
A la torre no subimos. La iglesia es una preciosidad por dentro, y al salir me encontré con algo tan típico como uno de los innumerables tranvías de la ciudad... y tenía que hacerle una foto, jeje...
desde allí, llegamos a la librería Lello, a la que teníamos muchas ganas de ir, pues había visto algunas fotos por Internet y es una preciosidad. Es tan bella o más como en las fotos... nada más que la fachada ya es una monada...
El interior ya, es para verlo... pero en vez de cargar el blog con fotos de la librería, podéis ver más en este enlace
y al salir, al lado nos encontramos con la iglesia del Carmen
que es también una preciosidad. A estas alturas... ya estábamos algo molidos, pero aún nos quedaban algo que ver... hicimos una breve parada en un mirador en el que había unas vistas estupendas de la ciudad.
Cuando ya habíamos descansado un poco, salimos de nuevo para ver ahora la Catedral.
Ufff.. estaba en lo más alto, pero al fin llegamos... aunque después de todo el esfuerzo, pues estaba cerrada así que no pudimos entrar a verla por dentro.
De todas formas, las vistas desde allí son formidables, y pudimos ver también un torreón medieval que está al lado y aún se conserva muy bien...
Y la rodeamos para ver la fachada principal
Y como la Catedral no podríamos verla ya, pues pensamos ir dando la vuelta y buscar un buen sitio para tomar algo.
Nos decidimos por una cafetería en las que había otro menú con Francesinhas, y como nos habían gustado tanto (y después de preguntar yo y asegurarme que éstas NO picaban, jajajaj) pues nos pedimos una cada uno, que nos estuvieron de rechupete....)
Cuando terminamos la comida, salimos dando un paseo hasta donde estaba la parada del autobús. Allí tuvimos que esperar un buen rato... hasta que por fin llegó el que nos llevaría hasta la puerta de nuestra dragoneta.
Después de un rato para descansar, recogimos todo y nos fuimos de Oporto para llegar a otro bello pueblo portugués al que en principio, no teníamos previsto ir, pero que los amigos que conocimos de Pontevedra nos recomendaron si no nos venía muy mal... y no nos lo pensamos dos veces, jeje.... así que, en unas horas (y después de subir y bajar unos cuantos puertos, jeje) estábamos en Guimaraes.
Llegamos a media tarde a la ciudad conocida como la cuna de Portugal... el lugar para pernoctar era un gran aparcamiento en una zona que aunque no estaba en todo el centro sí parecía de tránsito, por lo que nos pareció un buen sitio para descansar.
Cuando bajamos después de colocarlo todo, llovía un poco, pero no pudimos resistirnos a pasear un poco antes de cenar. Lo primero que nos encontramos fué una bonita avenida llena de tulipanes
que nos llevó directamente hasta la zona del casco antiguo... y nada más rebasar las murallas, un precioso monumento: el Padrón del Salado,
Mandado erguir por D. Afonso IV en el siglo XIV para conmemorar la victoria obtenida en la Batalla del Salado.
Después, nos dedicamos a callejear admirando las fachadas, esas casitas típicas de antaño, adosadas unas a otras y formando callejuelas por las que apenas transitan coches...
Me encantó la plaza... era muy amplia y tenía un aire medieval que te hacía retroceder en el tiempo totalmente..... si no fuera porque había partido de fútbol y desde los bares podíamos oír los gritos de: Gooooooooooooooooooool... jejeje que te devolvían inmediatamente a la realidad...
Y así estuvimos caminando hasta que se encendieron las primeras luces...
la verdad que es un espectáculo maravilloso, aunque después de dejar que oscureciese un poco más, decidimos regresar, cenar algo y acostarnos para poder visitar mejor la ciudad por la mañana temprano.
Sábado, 3 de Abril
Al día siguiente, nos levantamos pronto, y enseguida estábamos otra vez en la parte antigua de la ciudad... pasamos por delante del Palacio de los Duques, aunque dejamos la visita para un poco después...
Y llegamos hasta una pequeña iglesia, la iglesia de San Miguel, románica, del siglo XII. Tiene la pila bautismal en la que recibió las aguas Alfonso Enriquez, quien cimentaría el reino portugués.
La iglesia se halla a los pies del Castillo de San Miguel
al que entramos para echar un vistacillo, claro...
y subimos hasta llegar a lo más alto.. a pesar que la escalera era (a mi entender) bastante peligrosa...
y no ya a la subida... más bien a la bajada, pues había que bajar de espaldas, entrando por la misma puertecita que habíamos subido...
pero por supuesto, que todo tiene su recompensa... y la nuestra fué gozar de unas maravillosas vistas de todo Guimaraes que no habríamos podido disfrutar de no haber llegado hasta ahí.
Cuando acabamos, salimos del castillo y entramos al Palacio de los Duques de Braganza
con un patio central muy bonito
y las estancias, bellamente amuebladas
estuvimos un buen rato recorriendo las salas, los pasillos...
hasta que de nuevo salimos y regresamos por donde habíamos venido...
después de dar otro gran paseo dimos por finalizada esta bonita ruta por Portugal... llegamos hasta donde estaba la auto, y tras tomar un bocado, refrescarnos y descansar un rato, nos pusimos en marcha...
Salimos de Guimaraes y también de Portugal... y así llegamos hasta Zamora.
Dejamos la autocaravana en un parking situado a las afueras de la localidad
y en cuanto colocamos todo, salimos a dar un paseo y buscar la oficina de información
fuimos caminando hasta llegar a la zona del casco antiguo
nos informamos de que al día siguiente había una visita guiada que partía desde una de las plazas y decidimos unirnos a esa visita para que nos explicasen un poco la historia de Zamora.
Continuamos un poco más el paseo, recorriendo las callejuelas y contemplando todas las iglesias (que tiene muchas) que hay en esta ciudad.
Y cuando nos dimos por satisfechos, regresamos hasta el aparcamiento para descansar. Por el camino encontramos un supermercado y entramos a por unas cosillas que nos faltaban... Curiosamente, Toño llevaba un par de días comentando que quería comer tajadas de tocino (o panceta, vamos) jejeje, así que entramos directamente a por ellas, pero lamentablemente no quedaba ni una en el super, así que tuvo que dejarlo para otra ocasión.
Domingo, 4 de Abril
Ya más descansados, nos levantamos y desayunamos para salir cuanto antes a la visita guiada.
Al ser Domingo de Resurrección había procesión y la zona del Ayuntamiento y la plaza estaba llena de gente... hasta los topes, jeje..
Nos dirigimos hacia el lugar del comienzo de la visita guiada, y allí nos unimos con el resto de la gente y la guía...
que nos llevó por las calles de Zamora, mostrándonos lo más emblemático mientras nos contaba de forma muy amena algunas historias de esta ciudad.
Llegamos hasta un mirador desde el que se podía observar estupendamente el Duero
y poco a poco nos fuimos acercando hasta la Catedral
Y pasamos a verla, la zona del coro fue de las cosas que más me impresionaron... (bueno, tengo que decir que estas zonas de los coros normalmente son de lo que más me gusta en cualquier iglesia, jejejej)
Y después, la guia continuó la visita en el castillo (o lo que queda de él, jeje)
recorrimos casi todo, subiendo hasta la torre del homenaje...
Al salir, llegamos hasta la puerta (o el portillo) de la traición.
Nos contó la guía también, que en este día es tradición después de salir a pasear, ver la procesión y demás, comer (ya sea en restaurante o en casa) lo que se llama: Dos y pingada...
y en ese momento, comprendimos porqué no quedaban tajadas de tocino en el super la noche anterior, jajajaja... las habían comprado todas la gente de Zamora para comer según la tradición.
Cuando acabamos de recorrer todo, salimos en dirección a la auto para comer... y tras descansar un buen rato, a la tarde, nos fuimos para llegar hasta otra bonita ciudad, Salamanca.
Al mismo llegar, buscamos un lugar para aparcar y encontramos un pequeño aparcamiento cerca del río.
No nos gusta mucho el sitio, pero como vemos más vehículos al lado, lo dejamos así... salimos, damos un paseo y subiendo cuesta, al final llegamos hasta la puerta de la Catedral
pasamos dentro y damos una vueltecita para verla en detalle, que grande me pareció...
Al salir continuamos el paseo por las calles de esta preciosa localidad, pasando hasta la Casa de las Conchas
y llegamos hasta la Plaza Mayor
En esta plaza en los años 50 se paseaba curiosamente de la siguiente manera, los hombre daban vueltas en un sentido y las mujeres al contrario, así a cada vuelta se miraban y veían.
Hay muchas otras curiosidades sobre Salamanca, que puedes leer en éste enlace.
Después de un breve paseo por la plaza, nos dimos la vuelta y regresamos hasta la zona de la Catedral, para observar más detenidamente la fachada y descubrir el famoso astronauta... (lo he encerrado en un recuadro de la foto... si lo amplías con la lupa, lo verás perfectamente).
Lo cierto es que es un detalle cuando menos, peculiar.
Seguimos con el paseo, buscando los distintos edificios más emblemáticos...
Mientras paseabamos, dimos con una tiendecita y decidimos pasar a comprar pan. Casualmente, nos sorprendimos al ver en una de las estanterías unos palos de un dulce que tanto mi marido como yo reconocimos de nuestra infancia, y que hacía muchos años que no veíamos... se trata de lo que nosotros llamábamos Palidúz o Paloduz
Como mis hijos no tienen ni idea de como sabe, y al ver nuestra sorpresa, nos pidieron que compráramos unos trozos para saborearlo... así que, nuestra visita por la ciudad continuó con los cuatro masticando palidúz a mandibula batiente, jejeje...
Con el palo en la boca llegamos hasta el Convento de San Esteban... pero ya estaba cerrado, y estábamos tan cansados de andar que nos quedamos largo rato contemplando la fachada sentados en un banco de enfrente.
Una vez que descansamos, nos levantamos y seguimos paseando hasta llegar a la Torre del Clavero
Cuando nos cansamos dimos la vuelta y en una cafetería que vimos al paso, nos paramos a tomar unos cafés... y desde allí, emprendimos ya el regreso hasta la auto.
Por el camino también nos encontramos también con la Casa de Lis aunque no pasamos porque también estaba cerrada.
Nada más llegar a la dragoneta, nos encontramos con unas chicas que también iban en camper, y nos comentaron que el sitio no era precisamente apto para pasar la noche, pues había unas señales de prohibición a la entrada y era posible que nos multasen durante la noche...
por lo que aunque ya teníamos todo previsto para dormir aquí, al lado del puente romano, al final optamos por movernos al igual que las chicas, hacia otro sitio más tranquilo y que no tuvieramos problemas.
De esta forma, llegamos hasta otra zona justo al otro lado del río, donde está el otro puente más moderno, y en donde encontramos otras autocaravanas... incluida la de las muchachas que nos aconsejaron, jeje.
Pues nada, cenamos, nos relajamos, y descansamos un rato... las vistas desde donde estábamos de Salamanca sobre el río, eran preciosas...
Cuando llevábamos un rato, y como no podíamos dormir, al final decidimos volver a salir y pasear por las calles Salmantinas a la luz de las farolas, jeje.. no nos pudimos resistir... así que cruzamos el puente y volvímos a pasear...
Subimos de nuevo hasta la Catedral
Como siempre, disfrutamos muchísimo de nuestro paseo nocturno...
Además, es que teníamos pensado salir por la mañana temprano hacia casa, por lo que queríamos aprovechar hasta el último momento de nuestras vacaciones, jejej...
Lo cierto es que los paseos a la luz de las farolas es algo que nos apasiona, y que siempre que podemos, ale.. a caminar a la luz de la luna, jejej...
Cuando ya estábamos más que cansados y con bastante sueño, volvimos hacia la auto y tras tomar un vaso de leche, nos acostamos para descansar, que ya estaba bien por este día.
Lunes, 5 de Abril
Y bueno... llegó el fin del viaje... el último día que agotamos prácticamente en carretera...
Paramos un par de veces, y también hicimos una breve parada en casa de la hermana de Toño, por lo que pudimos ver un rato al sobrino, jejej..
Y sin prisas, llegamos a media tarde hasta casa, con las mismas sensaciones que siempre nos acompañan... por un lado, una gran tristeza por que se acaban unas maravillosas vacaciones... y por otro, la ilusión que supone empezar a maquinar nuestra siguiente aventura...
Espero que os haya gustado tanto como a mí relatarlo...
Bom dia Companheiro Autocaravanista,
ResponderEliminarUma magnifica viagem a Portugal passando por Guimarães, terra onde vivo, passando pelo Porto, terra onde nasci, e ainda por Aveiro, meu poiso de descanso preferido.
Espero que tenham gostado deste País à beira mar plantado.
Um abraço e até sempre,
José Gonçalves
(Gonçalves)
Hola José:
ResponderEliminarNos alegramos de que te haya gustado este relato de uno de nuestros viajes por tu Tierra.
La verdad es que da gusto recorrer con Autocaravana lugares donde somos bien acogidos por sus gentes y donde están tan bien preparados para nuestra forma de viajar
Un Saludo
Antonio
A ver si ahora.....
ResponderEliminarLo que te dije, que llevo tiempo sin poder comentar pero me da que esta vez va entrar el comentario.
Me gustan mucho las fotos que os habéis traído de Portugal, seguid así, haciendo kilómetros.
Gracias Eulogio por comentar, y claro, seguiremos viajando mientras podamos y trayéndonos un poquito de cada sitio plasmado en nuestras fotos, jeje..
ResponderEliminarSaludetes.