Bienvenido a nuestro blog.

Antes de comenzar a leer, te recomiendo que te pongas cómodo, los relatos por lo general son largos, así que... prepárate un cafetillo (o cualquier cosa que te apetezca), relájate... y disfruta de la lectura.



Espero que te guste y vuelvas pronto para leer mi próximo viaje..







sábado, 5 de diciembre de 2009

Viaje a Pedrajas de San Esteban

A raíz de la quedada astronómica que Acama realizó en Robledo, uno de los asistentes decidió, a modo de agradecimiento, organizar otra concentración de autocaravanas en su localidad. Y así fué como algunas semanas después, otro grupo de amigos autocaravanistas nos volvimos a reunir en Pedrajas de San Esteban.


sábado, 21 de noviembre de 2009

Fin de semana en Alcalá del Júcar

Poco después de la jornada astronómica con nuestros amigos de la asociación ACAMA, decidimos salir con algunos de ellos para pasar el fin de semana en uno de los pueblos más bellos de nuestra provincia, Alcalá del Jucar.

martes, 20 de octubre de 2009

Encuentro astronómico en Robledo

De nuevo, en el mes de octubre surge una nueva oportunidad para sacar la Dragoneta.



domingo, 20 de septiembre de 2009

Viaje para conocer Ávila y Toledo



Nada más llegar a nuestra casa del maravilloso viaje por tierras Italianas, y sin casi tiempo de abrir las maletas, volvemos de nuevo a salir de viaje.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Italia en agosto V

Viernes, 21 de agosto

Aquí comienza la que será la última parte de nuestro maravilloso viaje por tierras italianas.

Después de pasar el día anterior en Verona, nos dirigimos hacia un pueblecito a las afueras de Garda. Llevando las coordenadas de un área que quedaba muy cerca del lago y del parque temático Gardaland, en el que teníamos previsto pasar todo el día. Y eso es lo que hicimos. Llegamos al área, y descansamos toda la noche... y por la mañana estábamos despejados y dispuestos a pasar un día de diversión y relax en el parque de Gardaland.



Italia en Agosto IV




Domingo, 16 de agosto

Y aquí estoy otra vez para continuar con el relato de nuestro viaje por Italia.

El domingo, nos levantamos y recogimos todo para salir cuanto antes del aparcamiento de las cuevas de Frassasi, (que es donde habíamos dormido después de visitarlas el día anterior) para dirigirnos a nuestro nuevo destino: Bologna.

Tras un ameno trayecto por carretera, al fin llegamos hasta esta bonita ciudad.

Los edificios me parecen bellos conforme vamos adentrándonos



Bolonia está situada en el centro de la llanura padana, al pie de los Apeninos, en una posición estratégica que la convierte en un importante nudo vial y ferroviario que conecta los cuatro puntos cardinales de Italia.



Se la conoce como “la rossa, la grassa e la dotta”. La rossa (roja), por el color dominante de sus edificios. La grassa (gorda) por su rica gastronomía (quién no conoce los tortellini, la salsa boloñesa o la mortadela di Bologna), y la dotta (docta) por su antigua e intensa vida universitaria, que cuenta en su historial de alumnos con nombres tan célebres como Dante y Petrarca, o el contemporáneo Umberto Eco.

Como en Bologna no teníamos ningún lugar específico para autocaravanas en donde dejar la nuestra aparcada, nos inclinamos por meternos en alguna calle discreta y dejarla un rato mientras visitábamos la ciudad.

Y eso es lo que hicimos, cargados como siempre con nuestras mochilas, salimos a dar un paseo para ver lo más representativo...



La ciudad está vertebrada por casi cuarenta kilómetros de pórticos, cuyas columnas medievales de madera fueron relevadas en el siglo XVII por recias estructuras de ladrillo y piedra. Estos pórticos nos permiten pasear por la ciudad cobijados en este caso del sol, en invierno protegerá estupendamente de las inclemencias del tiempo. Además, en Bolonia, la luz adquiere las tonalidades del ladrillo, la piedra arenisca y la selenita, y se establece un peculiar juego de sombras entre las columnas de los soportales.

La verdad es que es un detalle que llama bastante la atención de quien no la ha visto antes y pasea por ella...





En el centro de Bologna se encuentra su Piazza Maggiore, flanqueada por sus espléndidos monumentos.

Lo primero que nos encontramos al llegar a la piazza Maggiore, es el Palazzo re Enzo



Fue construido en 1245 como una ampliación del los edificios comunales del Palazzo del Podestà y por esta razón llamado Palatium Novum pero su imagen ha sido asociada siempre al Rey Enzo.

Como curiosidad, hay algunas leyendas que cuentan la captura y el cautiverio del Rey Enzo.

Se habla, por ejemplo, de una fallida fuga del castillo de Anzola dell'Emilia antes de que el rey fuese llevado a Bolonia y luego de un rescate que su padre el emperador habría ofrecido a los boloñeses, con el cual se habría podido construir todo el anillo de murallas alrededor de la ciudad pero que los ciudadanos rechazaron.

Al parece durante su cautiverio el rey Enzo pasaba el día junto a otros prisioneros pero durante la noche era aislado en una jaula custodiada que colgaba del techo.

El comune permitía además al rey recibir visitas femeninas: Enzo recuerda en su testamento tres hijas naturales pero la leyenda le atribuye un cuarto hijo nacido del amor por la campesina Lucia di Viadagola. Al niño le fue dado el nombre de Bentivoglio, por la palabras que el rey daba a menudo a su amada: Amore mio, ben ti voglio (Amor mío, te amo), y fue el ancestro de la famosa familia Bentivoglio.




Se cuenta también de un intento de fuga en una cesta usada para transportar el vino, pero fue aprehendido de nuevo gracias a una anciana que vió la cabellera rubia del rey.
Después de veintitrés años de prisión el rey falleció y fue sepultado en la Basilica di San Domenico, como lo había deseado y donde aún se encuentra su tumba.

Después de pasar por delante de este bello edificio, nos adentramos hasta la Piazza Maggiore, para contemplar las fachadas de los otros palacios que la rodean...



El Palacio de la Podestà fue construido alrededor del año 1200 contemporáneamente con la Plaza Mayor para llevar a cabo las funciones públicas y como sede del podestà y de sus funcionarios.
La vista actual del palacio es muy distinta de la original debido a la posterior construcción del Palacio Rey Enzo.

Este elegante Palazzo esconde en sus entrañas renacentistas un secreto ya que en un ángulo de sus paredes, se crea un extraño efecto de resonancia que permite susurrar palabras que pueden escucharse a distancia sin tener que alzar la voz.




El Palacio de Accursio es un conjunto de edificios que se unieron a lo largo de los siglos, pero que al inicio fueron el hogar de Francesco Accursio, jurista y maestro de derecho en el Estudio Boloñés.

En el interior se conservan las memorias de las vicisitudes histórico-políticas de la ciudad de Bolonia. Entre otras está presente en el interior el Museo Morandi cuyas obras fueron donadas por la familia del pintor.

Además de todos estos edificios, también pudimos contemplar la gran Fuente de Neptuno
Encargada en 1563 por el papa Pío IV y el gobernador papal al artista Giovanni Bologna, mejor conocido como Giambologna, esta fuente de Neptuno sigue el modelo de fuente con figura central elevada sobre un pedestal, incorporando además figuras subsidiarias.



Justo al otro lado de la plaza, nos encontramos con la Basílica de San Petronio



Sus imponentes dimensiones (132 metros de largo por 60 de ancho, y una altura de la cúpula de 45 metros) hacen de ella la quinta iglesia más grande del mundo.
La basílica gozó desde un principio de gran prestigio, hasta el punto de ser escogida por Carlos V para su coronación como emperador por parte de Clemente VII en 1530.

Es una iglesia gótica, y destaca por su inacabada fachada de mármol rojo y blanco. Curiosamente, a pesar de estar dedicada a él, el patrón de Bolonia no descansa allí, sino en la iglesia de Santo Stefano, situada en la Plaza de Santo Stefano, que también se conoce como las Siete Iglesias, y cuyo esplendor supera con creces al de la basílica.



Son notables el juego de colores de los revoques y las vidrieras policromadas, y destacan el coro de madera del Quattrocento de Agostino de' Marchi, y los dos órganos monumentales.

También es posible admirar en el interior de la iglesia la Meridiana de Giandomenico Cassini, construida en 1655 sobre un proyecto del astrónomo Giovanni Domenico Cassini: sus 66,8 m de largo hacen de ella la línea meridiana más larga del mundo.



La iglesia acoge los restos de Elisa Bonaparte, hermana de Napoleón.

La basílica también fascinó al poeta italiano Giosuè Carducci, que le dedicó la poesía Nella piazza di San Petronio.

Como dato curioso, es posible contemplar también el fresco del Quattrocento de Giovanni da Modena colocado en la Capilla Bolognini, que representa entre otras cosas al profeta Mahoma entre los condenados a los Infiernos, y hace unos años fue objeto de gran atención para la opinión pública. En septiembre del 2002, según unas pesquisas casuales por parte de las fuerzas del orden, habría podido ser objetivo de un atentado, sin embargo, todo se trató de una falsa alarma.



Y después de observar la grandiosa basílica, salimos para continuar con el paseo por la ciudad, y contemplar las enormes torres que todavía perduran en ella...



una de las características del perfil de la ciudad son sus altas torres, que se han construido desde el siglo XII. Parece ser que las familias nobles más ricas entablaron una singular batalla entre ellas por erigir la torre más alta como símbolo de su poder. (Esto, no es por ná... pero me suena que en San Gimignano era algo parecido, no???) Esta curiosa lucha concluyó con la construcción de unas cien torres que se disputaban el cielo de Bolonia, de las que sólo dieciocho han quedado en pie. Entre ellas destacan Asinelli y Garisenda, también conocidas como “las Dos Torres”, que se han convertido en el emblema de la ciudad.



Ambas torres se levantan sobre la plaza de la Porta Ravegnana. La primera, la más alta y esbelta (mide unos 98 metros de altura), actúa como faro monumental indicando el camino hacia Via Zamboni, la calle de la Universidad. La Via Zamboni es una calle jovial y tumultuosa que los estudiantes han convertido en un gran cuadro lleno de grafitti, anuncios de habitaciones, pósters con la programación de locales y cabinas pintarrajeadas. Otro detalle de las torres es que no están paralelas, y se percibe la inclinación que tienen.

Y al llegar a este punto, decidimos terminar con el paseo y volver hacia la auto. La verdad es que me hubiese gustado pasar a más de un edificio de estos,




(yo, la verdad no dejaba de sorprenderme con algunas hermosas fachadas) y conocer mejor esta ciudad, pero nos invadía cierto sentido de inseguridad, no estábamos muy tranquilos habiendo dejado la dragoneta en la calle sin vigilancia, y el ambiente por las calles no nos inspiraba demasiada confianza, por lo que decidimos no perder más tiempo y volver cuanto antes a nuestro vehículo.

Cuando llegamos, descansamos un rato mientras tomábamos algo y nos refrescábamos. La mañana había dado mucho de sí, pero había merecido la pena, porque estabamos más que encantados con todo el paseo. Al terminar, otra vez en marcha, esta vez en busca de la Galería Ferrari, en Maranello.

Lo primero que vimos al entrar a Maranello, fue la fábrica del polígono en las afueras, y frente a ella, una enorme rotonda con el símbolo, por supuesto, de Ferrari, una preciosa escultura del caballo rampante.




El Cavalino Rampante
El famoso símbolo de Ferrari es un caballo negro encabritado sobre fondo amarillo, normalmente con las letras "SF" de Scuderia Ferrari.



El caballo encabritado es hoy una marca registrada de Ferrari. Y su historia, o el inicio de ese bonito logo, podeis encontrarlo aquí, o aquí, y algunas curiosidades más en esta página

Después de girar en la rotonda, nos dirigimos al centro del pueblo, y llegamos justo hasta la puerta de la Galería, en la que hay un estupendo aparcamiento en donde colocamos la dragoneta y nos preparamos para pasar la noche.




Como aún era temprano, pues estuvimos paseando por los alrededores... admirando los dos "cacharros" que tenían aparcados en la puerta de la tienda, en plan exposición...



Mis hijos y mi marido, flipaban mirando los ferraris



La verdad es que eran la caña...



Estuvimos curioseando por la tienda un rato y volvimos después a salir al exterior para ver como se llevaban los coches para guardarlos hasta el día siguiente... impresionante como suenan los motores, jejej ... y todo, absolutamente todo, da igual donde mires, con el logotipo ferrari... casi es enfermizo, jejej.. incluso la parada de autobús...



Se nos hizo de noche enseguida



y después de aguantar un poco más (pues hacía muy buena noche y no apetecía entrar a dormir tan pronto) al final decidimos acostarnos para estar bien descansados al día siguiente.

Lunes, 17 de agosto

Por la mañana a primera hora, ya estábamos preparados en la puerta de la Galería. Y en cuanto abrieron pasamos y estuvimos media mañana disfrutando entre todo lo relacionado con esta escudería, desde la tienda...



pasando por la cafetería...



Hasta ver todos los trofeos...



y desde los coches más antiguos...






a los más modernos





y por supuesto, los Formula 1



los chicos también quisieron inmortalizarse dentro de uno de esos "cacharros"



Y bueno, tengo fotos para aburrir, pero creo que ya está bien, jeje.. desde aquí, salimos derechos a almorzar y descansar un rato en la auto. Y en cuanto estuvimos algo repuestos, salimos de allí para llegar hasta la casa Lamborghini, que está a un pasito de Maranello... según parece los dos empresarios discutieron y Lamborghini se estableció en Sant'Agata Bolognese para hacerle la competencia a Ferrari...





Y pasamos, como no, dispuestos a ver los cochazos que tenían aquí también...



La particularidad de esta escudería, recae en que casi todo gira en torno a la tauromaquia...

El símbolo de la empresa, un toro, fue tomado del signo zodiacal de Ferruccio Lamborghini, Tauro.




El Lamborghini Miura fue llamado así por el criador de toros español, Eduardo Miura.

Al Lamborghini Islero le pusieron ese nombre por el toro de Eduardo Miura que mató a Manolete.
El Lamborghini Espada, se llamó así por el arma de los toreros.
El nombre del Lamborghini Jarama tenía una ambigüedad interesante: Jarama es un área renombrada tanto para la tauromaquia (los Toros Jarameños, por criarse a orillas del Jarama) como para el circuito de coches de carreras.

No se sabe si el nombre de Countach es un equivalente verbal a un aullido de lobo en italiano, el Lamborghini Countach fue el último modelo desarrollado bajo la propiedad de Ferruccio Lamborghini, y rompió esta tradición, el nombre no tiene ninguna base en la tauromaquia.

Los posteriores propietarios de la empresa volvieron a esta tradición, nombrando al modelo de 1990 como Lamborghini Diablo (nombrado así por el toro Diablo), el Lamborghini Murciélago (nombrado así por el famoso toro Murciélago, que contribuyó a una de las razas de Eduardo Miura) y el Lamborghini Gallardo (una casta de toro que era un elemento de las especies de la ganadería de Eduardo Miura).




Bueno, el caso es que nos fué totalmente imposible pasar al interior de las instalaciones, ya que la empresa tenía cerrado por vacaciones, y nos tuvimos que conformar con mirar por los cristales y hacer un par de fotos desde el exterior.



Casualmente, mientras observábamos por las cristaleras se nos acercó una pareja española y nos comentaron que a pocos kms. podíamos pasar a una finca en la que los dueños poseían una enorme nave convertida en museo de coches, principalmente Maserati.

Y no tuvieron que insistir mucho, jejej.. ya que estábamos allí, seguimos sus indicaciones



y en un ratillo estábamos en la finca.



La finca se llama "Hombre" y mientras aparcábamos, pudimos ver como las vacas permanecían en sus recintos...



Yo creo que el dueño de la finca (o el antecesor que comenzase con el museo) era un piloto (bueno, porque tenía un montón de trofeos) que compitió en sus tiempos con la firma Maserati, y que poco a poco se ha ido haciendo con un parque automovilístico que es la leche... no sólo de coches, eh?? tenía fuera de la nave una fila enorme de tractores, a cual más antiguo...



En el interior de la nave...



montones de vehículos perfectamente alineados... en el centro los de carreras, y a derecha e izquierda, distintos modelos cada uno más original o antiguo que el anterior...



estuvimos curioseando un ratillo...



y después subimos al piso superior, en el que además tenían una enorme cantidad de motos y bicis de todas las épocas, tamaños, en fin.. una gozada ver tantas reliquias...











Cuando nos cansamos de ver todas las reliquias de arriba, bajamos de nuevo...





Total, que se nos hicieron las tantas viendo tanto coche... habíamos pasado un día estupendo entre vehículos de varias marcas, a cual más antiguo, o más moderno, o más potente... en fin, una gozada... pero ya habíamos terminado así que subimos de nuevo a la auto y pusimos rumbo a nuestro siguiente destino, Venecia... adonde llegamos a media tarde.

Después de tantear las diversas opciones, consideramos que lo mejor era meternos en el camping Fusina. Encarecería más la visita, pero estaríamos más seguros y podríamos hacer otro buen lavado general, tanto de ropas como de nosotros mismos, y allí nos instalamos.



A pesar de que el precio es similar al de Roma, yo creo que sale mucho más caro con diferencia, pues no tiene ni de lejos las mismas prestaciones, o sea, que pagas prácticamente lo mismo (unos cuarenta y pico euros) por menos, pero claro... estamos en Venecia...

Como no era aún muy tarde, dedicamos el resto del día a pegarnos un buen enjabone (y con el calor que llevábamos de todo el día, la verdad es que apetecía refrescarse...) y a descansar hasta el día siguiente que saldríamos a ver la ciudad.

Aprovechamos también para dar una vuelta por el camping que además estaba a la orilla del mar.



Por cierto, llegamos a tiempo a la Happy Hour, y nos tomamos unas cervezas fresquitas en el pub del camping, mientras la ropa se lavaba y secaba. Aguantamos hasta tarde, y cuando ya nos venció el cansancio nos acostamos para descansar, ya que al día siguiente nos esperaba un buen recorrido.


Martes, 18 de agosto

Y comienza el nuevo día, un día precioso...



para visitar una ciudad preciosa... y comenzamos esta bonita aventura.

El camping está al otro lado del canal por lo que para verlo todo, teníamos que cruzar con un transbordador (bueno, creo que también hay autobuses, pero preferimos el viaje en barco... seguro que sería más divertido)



como ibamos recién descansados y el viaje en barco era inusual, lo pasamos bomba nada más ya en el trayecto... aunque como estaba al lado, enseguida llegamos a la otra orilla



y empezamos a ver los primeros edificios






La verdad es que sólo por el hecho de pisar Venecia, ya estábamos excitados, no dejábamos de mirar para todos lados... desde el barco, bajamos y seguimos a la mayoría de los turistas, que se dirigían hacia el centro (imagino), y así llegamos hasta un puente bastante amplio



al lado del puente pudimos ver la primera góndola de cerca (la primera que había visto tan de cerca en mi vida, jejej)



y a continuación subimos por el puente para seguir el recorrido...



seguimos pasando por las callejuelas, en este caso cubiertas de agua



conforme nos adentrábamos, las fachadas me parecían más bonitas



hasta que llegamos a la iglesia de San Moisé, iglesia con fachada barroca construida por Alessandro Tremignon en 1668.



Y como no, enseguida divisamos a los gondoleros...





Después de pasear un poco llegamos hasta la Plaza de San Marcos,



que tiene un curioso pavimento de bandas decorativas y está bordeado por una serie de regios monumentos: Las procuradorías, la torre y la basílica de San Marcos



y que nos pareció una verdadera maravilla...



Y bueno, la verdad es que para donde mirásemos nos quedábamos embobados...



Después de un rato de hacer cola, por fin conseguimos entrar en la Basílica



Se edificó precisamente para albergar el cuerpo de San Marcos, traído desde Alejandría, y sufrió diversas alternativas, aunque la obra actual es básicamente del siglo XI, con modificaciones en los siglos siguientes.

En el interior de la Basílica el color dominante es el dorado y lo más destacable son los mosaicos de piedra y las cúpulas, en especial la de la Ascensión (la principal).



Y aunque la entrada a la Basílica es gratuita, hay partes en su interior que requieren adquirir una entrada: el Museo, el Tesoro y la Pala de Oro.

Vimos la Basílica y salimos, para continuar con el paseo por las calles abarrotadas de turistas (como se notaba que estábamos en pleno agosto).

Los escaparates llenos de máscaras nos atraían mucho, ya que no estamos acostumbrados a verlas... y tan bonitas...



después de un rato, volvimos a la plaza para hacer cola y entrar al palacio ducal



que está al lado de la Basílica.

En tiempos de la república de Venecia, el palacio Ducal fue el palacio de justicia y lugar de residencia de los Dux.
En la actualidad se pueden visitar varias estancias y salones del palacio Ducal como las estancias oficiales, las salas del gran consejo y las salas del Collegio

En el recorrido por las diferentes salas y estancias del Palacio Ducal se pueden encontrar grandes pinturas que decoran tanto el techo como las paredes, y de artistas tan conocidos como Jacopo e Domenico Tintoretto, Paolo Veronese, Tiziano, Giovanni Bellini, Palma il Giovane o Domenico Tiepolo.



Durante la visita pudimos ver la Boca di Leone (Boca de León), que servía para que cualquier habitante de Venecia pudiera denunciar de forma anónima a cualquiera de sus vecinos por cualquier hecho que considerara punible. Lo hacían mediante la introducción de un papel en la Boca di Leone, en el que se escribía a quién se denunciaba y el motivo de la denuncia.



y continuamos recorriendo el palacio hasta llegar junto al pórtico Foscari, en donde se halla la pequeña fachada del Reloj, realizada en 1615 por Monopola.



A su lado y encima del pórtico se alza un edificio del siglo XV coronado con pináculos que sostienen estatuas



Y en un extremo del pórtico se abre la conocida escalera, Scala del Giganti, con esculturas de Sansovino que representan a Marte y Neptuno.



Como curiosidad, la leyenda narra que en tiempos a los condenados a muerte les era concedido, como última posibilidad de salvarse, el intentar el «giro de la columna». De hecho todavía hoy una de las columnas del Palacio Ducal está ligeramente torcida hacia dentro. El intento consistía en dar vueltas alrededor de la columna, por su parte externa, sin resbalar, pero casi nadie lo conseguía completamente.

La visita termina con la prisión, donde se ven los calabozos y los pozos húmedos (pozzi). El aspecto de éstos es de todo menos acogedor.



y por último, el paso por el famoso puente de los suspiros, camino que seguían los condenados a muerte y desde cuyas ventanas veían por última vez la Laguna Veneta.





Desde el exterior, así es como se ve el puente de los suspiros (bueno, se ve así pero sin la publicidad esa de las nubes... porque cuando fuimos nosotros estaba semitapado por enormes carteles) que unía el Palacio Ducal con la antigua prisión y era el paso final de los condenados hasta sus celdas, después de haber sido declarados culpables.



salimos de nuevo a la Plaza, en donde también se encuentra el Campanile



Como estábamos ya cansados, decidimos hacer una parada y tomar un bocadillete, sentados en la plaza... nos quedamos nuevos, jejej.. y después de reposar un rato, volvímos a pasear de nuevo... recorriendo más zona comercial...






y como la ciudad turística que es, nos encontramos en nuestro paseo con una oriental ataviada con el traje típico de esta cultura (imagino... o estaría de fiesta de disfraces?? jeje) dejándonos asombrados por lo inusual



bueno.. y así llegamos hasta el puente Rialto, que es el más antiguo de los cuatro puentes que cruzan el Gran Canal de Venecia, también es el más conocido tanto por su diseño como por su historia. Durante años fue el centro económico más importante de Venecia



El Puente Rialto se construyó entre 1588 y 1591 por el arquitecto Antonio da Ponte para sustituir al anterior puente de madera, ya que éste se había derrumbado dos veces y había sido quemado en otra ocasión.
La estructura del puente es similar a la de sus antecesores, dos rampas inclinadas unidas por un pórtico en medio.
A cualquier hora del día el puente está lleno de gente, que curiosea entre las tiendas de recuerdos y artesanía que se encuentran en él, la gran mayoría joyerías o tiendas de souvenirs además de una pequeña tienda de deportes.



Al terminar el paseo (y para descansar un poco, la verdad, porque estábamos ya bastante cansados), decidimos montar en uno de los transbordadores que hace recorridos por el canal grande, y así hacer la travesía completa y poder contemplar los edificios navegando por todo el canal, resultando una travesía preciosa en la que pudimos contemplar incluso algunos yates lujosos...



y pudimos ver el Palacio Ducal desde el agua...




la Plaza de San Marcos...






y distintos palacios que hay por todo el canal...



Hasta vimos un submarino, que por lo que parece anunciaba la exposición del ruso Alexander Ponomarev





E incluso, curiosamente también pudimos ver maquetas de góndolas monísimas... algunas en el agua y otras fuera para que los que estábamos allí pudiésemos admirarlas... igual que a veces hemos visto en otros puertos españoles maquetas de barcos mercantes o de guerra, pues estos eran góndolas... que pasada...




Y cuando dimos la vuelta completa por todo el canal, tomamos de nuevo el transbordador de regreso al camping, pues estábamos ya cansados y deseando volver para refrescarnos y relajarnos.



Nada más llegar nos duchamos, tomamos un bocado y dedicamos el resto de la tarde a descansar y en cuanto se hizo algo más tarde nos tumbamos a dormir, pues teníamos previsto salir por la mañana hacia otro lugar.


Miércoles, 19 de agosto


Otro día más... nos levantámos pronto y recogimos todo para salir cuanto antes y aprovechar la mañana. Nuestro siguiente destino era Padua (o Padova en italiano).

Cuando entramos, lo hicimos directamente al Pratto della Valle, que es una de las plazas más grandes de Italia (creo que es la segunda más grande de Europa...)



Su canal circular rodeado de decenas de estatuas la hacen única en el mundo.



Y aparcamos en el lugar indicado para Ac's, que se encuentra a un lado de esta plaza, y que por 10€ podías permanecer 24 horas.

Colocamos todo y cerramos la Dragoneta, para salir a dar un paseo y recorrer la ciudad.

Y nada mejor para empezar, que echar unas fotos a esta magnífica plaza



que con sus 78 estatuas es uno de los símbolos de Padova (Italia) y cuyo efecto más espectacular está creado sin duda por los grandes jarrones al borde de los senderos y las estatuas colocadas sobre dos pequeño muros que delimitan, por dentro y por fuera, la orillas y los puentes.

La mayor parte de ellas representa a personajes ilustres de la historia civil y cultural de Padua: estudiantes de la universidad, poetas, podestás, cientìficos, musicos, hombres de armas, artistas, etc.



La bordeamos paseando y nos dirigimos hacia el centro de la ciudad...



hasta llegar a la Basílica de San Antonio.



La actual Basílica es en gran parte el resultado al que se ha llegado a través de tres reconstrucciones.
En los tiempos de San Antonio aquí se encontraba la pequeña iglesia de Santa María Mater Domini, más tarde englobada en la Basílica como la Capilla de la Virgen Mora.

En la plaza se encuentra el magnífico monumento ecuestre a Gattamelata de Donatello. Erasmo de Narni subido a caballo fundido en cobre.



Pasamos al interior y nos dispusimos a recorrer las distintas capillas... lo cierto es que es una basílica también enorme y que me gustó muchísimo ya que encierra una inmensa colección de tesoros de arte, entre los cuales está el altar mayor, obra de Donatello, así como la estatua del "condottiero".



Hay mucho que ver aquí dentro, en concreto 7 capillas y como he dicho antes el altar mayor, a su izquierda según se entra se encuentra la capilla de San Antonio, donde podrás hacerle tus súplicas u oraciones mientras tocas su tumba.



y desde allí accedimos a los claustros del templo, como el de la Magnolia



llamado así por la magnífica "Magnolia grandiflora" que se levanta en el centro, y que fue plantada en 1810



o el claustro del general



que debe su nombre a que a él se asoman las habitaciones del General de la Orden (además de las de las máximas autoridades religiosas) que se encuentran de visita en la Basílica o en la comunidad religiosa. Desde aquí se sube también a la prestigiosa Biblioteca Antoniana.


Lo cierto es que la basílica es muy grande y nos encantó recorrer todas las estancias...



Cuando terminamos de ver la Basílica, salimos de nuevo a recorrer Padua...



yo me quedaba embobada contemplando los edificios...



llegamos hasta el Café Pedrocchi, aunque no llegamos a entrar, pues queríamos seguir viendo edificios...



Como curiosidad, a Padua se la conoce como la ciudad de los tres "sin":
El santo sin nombre (San Antonio, es denominado como El Santo);
el café sin puertas (Café Pedrocchi es un local muy visitado que no cerraba nunca); y el prado sin hierba (Prato della Valle es una plaza remodelada que parece que no tenía cesped... pero sería antes, porque cuando nosotros fuimos sí que había cesped en la plaza...).

y continuamos andando hasta llegar a otra famosa plaza, la Piazza delle Erbe (plaza de las hierbas).



que se encuentra pegada a otra plaza, la Piazza della Frutta (plaza de la fruta), y que es donde se reunían y reunen los comerciantes de la comarca.

Y entre medias, se encuentra el Palazzo della Ragione, que da con el norte en una y el sur en la otra dividiéndolas en dos... y al que subimos para echar un vistazo





desde arriba, se podían observar también todos los puestos de frutas y verduras



Y al pasar, te encuentras una única sala, enorme y vacía... y al fondo se conserva un gigantesco caballo de madera, copia del monumento renacentista de Gattamelata de Donatello



Es la sala en suspensión más grande en el mundo, el Salone (Salón), con una longitud de 81 m, un ancho de 27 m y una altura de 27 m. El techo es una inmensa boveda de carpinteria.

En el lado nordoriental del edificio está la piedra del vituperio del siglo XIII donde los deudores insolventes eran obligados a sentarse y expuestos al público para escarnecerlos. Debían desnudarse hasta quedar en calzoncillos, después tenían que sentarse tres veces sobre la piedra y repetir en cada una de esas oportunidades que renunciaban a sus bienes. Tras ese ritual, podían salir a la calle, en libertad, pero sin otra cosa que la ropa interior.



Además, el Palazzo della Ragione no ha olvidado su función de antaño, ya que está conectado físicamente, al este, con el actual Ayuntamiento.

Salimos del palacio y continuamos el paseo... hasta que llegamos a la Piazza dei Signori (plaza del señor).

La plaza se compone de una pequeña iglesia por un lado



y el Palazzo del Capitanio por el otro.



El león ondeando y el palacio del Capitanio se asemejan mucho al que vimos en la plaza de San Marcos de Venecia.

Destaca su gran reloj en donde se muestran los meses, días, horas y minutos, así como de la posición del sol, del zodiaco y de la fase lunar... (aunque nosotros no pudimos apreciarlo, gracias al enorrrrrrme cartel que tan graciosamente tapaba con publicidad la casi totalidad de la fachada)

Aquí aprovechamos para hacer una parada



ya que teníamos una fuente con agua fresquita, pues nos tomamos unos bocadillos que llevábamos y descansamos un rato en los escalones para tomar fuerzas...

y desde allí, nos encaminamos hacia la Piazza del Duomo (plaza de la Catedral).

Esta plaza no tiene nada especial... su único interés es que en ella se encuentra la Catedral y el baptisterio.



Lo cierto es que el baptisterio alberga el mayor ciclo de frescos medievales de toda Italia, pintados por Giusto de Menaboi en el año 1378



Al terminar la visita, seguimos con el paseo por Padua





pero ahora, buscando un sitio en donde comer, pues el pequeño tentempié nos había abierto el apetito y decidimos buscar algún restaurante en donde tomar algo más consistente...



y esta vez, nos apetecía probar algo autóctono... así que, buscamos un bar en donde tomar asiento y poder saborear algún plato típico. Nos pedimos unas ensaladas, y pastas de las que había en el menú, cada uno eligió a cual plato más apetitoso y acabamos muy satisfechos con lo que habíamos pedido.

Después de comer tranquilamente, y habiendo descansado un poco, volvimos a la carga y comenzamos otra vez, plano en mano, buscando lo que habíamos planificado visitar... hasta que llegamos a la iglesia degli eremitani, en donde se encuentra el museo Cívico, el Arqueológico



y lo que principalmente era interesante para nosotros, la famosa capilla degli Scrovegni en la que se encuentran los frescos de Giotto.

Nada más llegar, nos resultó curiosa la sala adosada a la puerta de la capilla y por la que hay que hacer la entrada



Es una sala aislante, en la que para entrar y salir hace falta esperar entre 15/30 minutos (en los que te ponen un video para amenizar la espera) a efectos de equilibrar la temperatura y que la capilla no sufra variaciones en ese sentido.

Para colmo, tampoco dejaban tomar fotografías en la capilla, y al ser el grupo muy reducido (creo que estábamos solo unas siete u ocho personas) me fué imposible sacar una sola foto, así que, ésta que pongo la he sacado de la red



Lo cierto es que en persona, impresiona.

La capilla está decorada con 36 frescos en 3 filas a cada lado de la sala, datan del año 1305. En ellas va relatando escenas como el Beso de Judas o el Juicio Final. Se puede ver una visita virtual y hacernos una idea de cómo es en esta página

Salimos de la capilla (después de pasar por la sala de "despresurización" (jejeje) y nos vamos hacia los Museos, por los que estuvimos curioseando hasta vernos prácticamente todas las salas





Al salir de la capilla, comenzamos el regreso hasta la autocaravana, pues ya habíamos visto lo más significativo.
Aunque al pasar de nuevo por Pratto della Valle, la enorme plaza, no podíamos dejar de pasar a la Basílica de la Abadía de Santa Giustina



Pasamos a ver el templo, que me pareció enorme



imagino que está hecha a razón de la plaza Pratto della Valle, en donde está ubicada...



Y llegados a este punto, creo que superamos (o superé) nuestra capacidad de absorción de arte y cultura, que durante estos 19 días no había dejado de funcionar ininterrumpidamente, y que llega un momento en que el cerebro se bloquea, y no admite más... creo que incluso tiene un nombre... Síndrome de Stendhal.

En fin, eso es exagerar, jeje no estabamos de hospital... pero lo cierto es que al salir de esta basílica, le dije a Toño que realmente, tenía empacho de arte... y no podría aguantar muchos días más absorbiendo y a este ritmo, pues mi cabeza empezaba a resentirse... y de hecho, todos estuvimos de acuerdo en que debíamos cambiar ya nuestro ritmo de viaje y en fin, cambiar de tercio.

Volvimos hasta la Dragoneta, y rápidamente, nos relajamos mientras tomábamos algo fresquito...

Como habíamos previsto, pasamos la noche en este aparcamiento reservado para autos, así que, dedicamos el resto de la tarde a charlar y comentar lo que más nos había gustado mientras esperábamos que se hiciese de noche para tumbarnos a descansar...

Jueves, 20 de agosto

Salimos como siempre muy temprano, para llegar cuanto antes al siguiente lugar señalado en nuestra ruta, Verona, encontrándonos en primer lugar en Porta Nuova



La entrada a la ciudad ya me pareció impresionante... circulando entre distintos monumentos... como la Porta Palio, puerta de la muralla más exterior de la ciudad.



y después de un par de rotondas, enseguida dimos con un área para autocaravanas en donde aparcamos para pasar el día, y que por 10€ podías permanecer 24 horas.

Colocamos todo y nos preparamos para un nuevo día de excursión. Aunque esta vez habíamos previsto hacer una visita más relajada, sin entrar a edificios y museos... sólo un paseo para ver las preciosas fachadas y recorrer los lugares más emblemáticos... porque yo ya había advertido que mi cupo de absorción había tocado techo y debíamos hacer un pequeño descanso en ese sentido.



Comenzamos el paseo por Verona, pasando bajo un precioso arco, el Portoni Della Bra



y así llegamos a la Piazza Bra



que cuenta con un amplio paseo en piedra rosa, denominado "Listón" y que es el lugar favorito de los veroneses para sus paseos... además de estar repleto de terrazas, cafés y restaurantes de todo tipo.

Y aquí se encuentran ya distintos edificios y monumentos importantes, como el anfiteatro de la ciudad, o Arena



Está muy bien conservado y gracias a su impresionante acústica, es famoso por las óperas que en él se representan en los meses de verano.
Casualmente, un autocaravanista español con el que coincidimos en el área nos comentaba un momento antes de salir que había conseguido entradas para esa misma noche, algo que no es muy usual, pero que seguro sería una pasada, poder disfrutar de una ópera al aire libre en ese escenario tan espectacular.

También se encuentra en la misma plaza el Palazzo Municipale.



más conocido como Palazzo Barbieri. De estilo neoclásico y utilizado principalmente para usos militares en sus inicios, acabó utilizándose como sede de las oficinas municipales.

Y el Palazzo della gran guardia



erigido en 1610 por Domenico Curtoni.

Después de recorrernos toda la plaza, el Listón (en el que además se encuentra la Trattoría de Giovanni Rana) y el resto de edificios interesantes por esta zona, nos encaminamos hacia otras zonas céntricas





admirando las fachadas... que nos dejaban pasmados.

Divisamos la Torre dei Lamberti, que se encuentra en el Palazzo del Comune



Esta es una torre medieval de 84 metros que se eleva en la Piazza Erbe.
En la torre se dispusieron dos campanas, la más pequeña (llamada Marangona), servía para señalar las horas del día y los avisos de incendio, mientras que la más grande (Rengo), para reunir al consejo comunal y para llamar a las armas a los ciudadanos.

Continuamos paseando hasta llegar, como no, a la casa de Julieta, En el número 21 de Vía Capello ...



Por el arco que se observa en la fachada (y cuyas paredes laterales están repletas de notitas y escrituras “X x Y”, pepe ama a laura, josé quiere a pepa, llegando a ser casi ilegibles por la gran cantidad de garabatos que hay puestos...) se accede al patio en el que se encuentra el famoso balcón.





Lo cierto es que fuimos por que parece visita obligada, pero en realidad, me parece un montaje excesivo para algo ficticio (como tantos otros lugares, también es cierto). Por lo que parece, jamás Shakespeare visitó Verona, y además, los bocetos originales de la obra la situaban en Siena... pero han sabido sacarle provecho a la famosa novela y no hay turista que se precie que no se pase por debajo del balcón, o le toque un pecho a la Julieta de bronce que hay bajo el mismo



que parece ser que trae suerte... (menuda cola había para hacerse la dichosa foto...)

Una vez que lo habíamos visto, salimos para continuar la visita, llegando hasta la Piazza del Herbe, y en donde se encuentran preciosos edificios, como la casa de los Mercaderes



preciosa plaza, en donde había montones de puestos de frutas y verduras



La columna de San Marcos, con el león alado, como símbolo de Verona, y al fondo el Palazzo Maffei



impresionantes los frescos sobre las fachadas...



el caso es que adonde mirábamos quedábamos impresionados por la belleza de los edificios o lo singulares que nos resultaban.



En el centro de la plaza, la fuente de la Madonna Verona.



continuamos el paseo hacia la Piazza del Signori... atravesando un curioso arco, del que cuelga un hueso de ballena (más concretamente una costilla de ballena) y por lo que recibe el nombre de "El arco de la costilla" (no se calentaron mucho la cabeza para ponerle el nombre, jeje)



Hay diversas leyendas al respecto... unos dicen que caerá cuando alguien justo pase bajo el arco... (se ve que no hay nadie lo suficientemente justo, porque parece que han pasado incluso Papas por debajo...). Otros dicen que la costilla caerá cuando una virgen adulta cruce el arco...

Llegamos al fin a la Piazza del Signori (en la que gracias a mis estupendas dotes como fotógrafa, pillé de espaldas la estatua de Dante, jeje)



en donde se encuentra el Palazzo del Comune



Desde aquí, seguimos caminando hasta llegar a la iglesia de Santa Anastasia, a la izquierda de la puerta, se puede ver la urna de Guglielmo Castelbarco (1320) sobre un arco de entrada.



La iglesia por dentro era una preciosidad



y en su interior guarda un interesante fresco de Pisanello y San Fermo,

Salimos de esa iglesia para llegar a la catedral (o Duomo) con preciosa fachada de toba y que consta de un pequeño pórtico del Maestro Nicoló del año 1139 y un campanario de Sanmichele del siglo XVI.



En su interior hay una "Asunción" de Tiziano y tiene una curiosa entrada lateral con una puerta asimétrica.

Después de ver el Duomo, llegamos hasta la orilla del río Adigio, cerca del puente Pietra




justo al otro lado se encuentra el teatro romano, y algunos otros edificios



pero ya estábamos más que cansados de andar y decidimos parar en uno de los bancos que había en ese paseo para tomar un bocado y descansar...



En este punto, me percaté de que me faltaba... la funda de la cámara de fotos, jorrr que mal rollo... seguro que se me habría caído en alguna de las calles mientras paseábamos... y ahora, no podíamos ir calle por calle (glup)... así que, (y menos mal que perdí sólo la funda, ufff) pues aún que tenía algo de disgusto, la dimos por perdida y pasamos de buscarla.

Cuando ya nos habíamos repuesto lo suficiente volvimos por donde habíamos venido (ibamos mirando a ver si veíamos la funda... pero ni flores) y regresamos hasta llegar de nuevo al Palacio del Comune



pasamos de nuevo por la amplia Piazza del Erbe



mientras regresábamos, seguíamos encontrándonos con hermosas fachadas



Cruzamos la bella Porta Borsari



y vamos ya de vuelta...



Los candados, símbolo de amor por toda Italia, vuelven a hacer acto de presencia



Pero no podíamos marcharnos sin ver antes el Castelvecchio,



castillo que fue construido en el siglo XIV por Cangrande II, según proyecto de Francesco Belvilacqua, para ser residencia y castillo de guardia del Puente Scaligero.



Puente almenado, que tuvo que ser reconstruido (como tantos otros edificios) tras los bombardeos de la segunda guerra mundial.

Aunque antes de entrar, paramos en un comercio que vendía trozos de pizza y que despedía un olor increíble por toda la calle, por lo que no pudimos resistirnos a probar un trozo, acompañado por una cervecita a la orilla del río, mientras contemplabamos el bello puente.

Cuando nos terminamos las pizzas (que estaban para chuparse los dedos...) pasamos a través del puente levadizo




a dar un pequeño garbeo por el patio de lo que ahora es un museo...



pero no nos entretuvimos mucho rato. No pasamos a ver el museo, estábamos ya cansados y deseando regresar a la auto, así que echamos una ligera ojeada a la fortaleza y salimos derechos al área de autocaravanas.

Y llegamos al final de esta entrada, para no extenderme más... si os apetece conocer el final de toda la ruta, en breve intentaré colocar la última etapa de nuestro viaje. ¿Vendréis conmigo?? Espero que sí...