Bienvenido a nuestro blog.
Antes de comenzar a leer, te recomiendo que te pongas cómodo, los relatos por lo general son largos, así que... prepárate un cafetillo (o cualquier cosa que te apetezca), relájate... y disfruta de la lectura.
Espero que te guste y vuelvas pronto para leer mi próximo viaje..
sábado, 16 de mayo de 2009
Semana Santa en tierras gallegas II
Continuando con el relato de nuestro viaje por tierras de Galicia, comienzo a contar a partir del viernes por la mañana, cuando salimos de La Coruña hacia nuestro siguiente destino...
Jueves, 9 de Abril
Otro día más... y éste, nublado y con ganas de llover aunque por el momento, sólo era una leve amenaza...
A partir de este punto, se acabaron las playas y zonas costeras (que por otro lado, ya llevábamos algo de empacho, jejeje) para dar paso a la zona de interior de Galicia... así que pusimos rumbo, al fin, para Santiago de Compostela.
Una preciosa ciudad que nos recibió con una ligera llovizna...
Nada más llegar, cerramos bien las autos, y equipados con chubasqueros y paraguas, nos encaminamos hacia el centro, para ver la ciudad.
Habíamos quedado en llamar a una amiga mía, Mariné, a la que conozco del foro de lectura romántica desde hace varios años... pero jamás nos habíamos visto... así que, además de la emoción por ver esta hermosa ciudad, yo estaba aún más ansiosa por llegar y conocer al fin a una de mis ciberamigas.
De todas formas, como era algo temprano, pensamos en dar una vuelta hasta que fuera hora de llamarla.
Llegamos en primer lugar al Convento de San Francisco
al que pasamos de correprisas, pues estaban de limpieza (debido a las procesiones de la noche)
y desde allí, cogimos la calle que sube hacia la derecha, y en la que hay algunas pastelerías en donde venden dulces típicos como las famosas tartas de Santiago, jejej.. y que luego compraríamos...
por esa calle, se llega directamente a la plaza del Obradoiro, en donde se encuentran el Ayuntamiento
el hostal de los Reyes Católicos, uno de los mejores paradores de España
y por supuesto, la grandiosa Catedral de Santiago
a la que pasamos de inmediato...
y tengo que decir que no me decepcionó en absoluto... me pareció impresionante, tanto por dentro como por fuera...
Nos faltó ver en marcha el archiconocido botafumeiro... pero no pudo ser, así que lo dejamos para otra ocasión.. tiene que quedar algo por lo que volver a este maravilloso lugar...
salimos de la catedral y callejeamos un rato, mientras haciamos tiempo hasta que llegó la hora del encuentro con nuestra amiga.
yo creo que nos recorrimos la catedral y todas sus fachadas, que son a cual más espectacular...
Al fin, nos vimos y pudimos abrazarnos después de muchos meses de contarnos nuestras vivencias diarias y cambiar miles de impresiones a través de internet de mi otra gran afición, que es leer novela romántica.
Pasados los primeros momentos de alegría, nos pusimos en marcha de nuevo, y como buena galleguiña, nos enseñó de nuevo la Catedral contándonos las numerosas leyendas y tradiciones (que nosotros por supuesto no sabíamos cuando llegamos) del lugar... entre otras cosas, me hizo tumbarme a las puertas de la Catedral, sobre la concha que hay en el suelo del centro de la Plaza del Obradoiro, para que viese la Catedral boca abajo.... (decía que para ver la Catedral suspendida del cielo) y esto es lo que ví...
como ya apretaba el hambre, nos llevó a un restaurante bastante conocido en Santiago... el Restaurante Casa Manolo, en donde pudimos probar el caldo gallego y diversos pescados y platos típicos de la tierra... regados con un buen Albariño que nos repuso rápidamente de la ajetreada mañana en la ciudad...
Una vez bien comidos y descansados, salimos del restaurante y nuestra amiga nos fué llevando por las calles más emblemáticas... tengo que decir que nuestra boca no paraba un minuto... tantas cosas nos queríamos contar, jejeje...
Menos mal que no caía apenas agua... de vez en cuando apretaba un poco, pero en general, caía un ligero chirimiri que nos permitió andar tranquilamente mientras Mariné nos iba contando las cosas que ella consideraba interesantes de saber sobre su ciudad. Nos llevó a ver mil sitios
hasta tuvimos oportunidad de escuchar a un gaitero en plena actuación...
También nos mostró una iglesia a espaldas del ayuntamiento, llamada de San Fructuoso, y en cuya puerta principal se encuentra una hornacina con la figura de la Piedad; más arriba se dibuja el escudo de España, culminando, en último lugar, con cuatro esculturas que aluden a las Virtudes: la Prudencia, la Justicia, la Fortaleza y la Templanza, que encuadran el campanario central, pero que ella, siguiendo la tradición popular, nos mostró dichas estatuas como los cuatro palos de la baraja española, es decir, oros, copas, espadas y bastos... curiosa coincidencia, jeje..
después de mucho caminar, nos llevó hasta un lugar en donde comprar las mejores tartas de santiago para probarlas, y también la acompañamos hasta un local en que vendían un licor de café a granel y que estaba delicioso...
Tuvimos oportunidad de conocer Santiago (no todo, por supuesto, pero al menos sí lo más representativo) a pesar del mal día. Nuestra intención había sido terminar el día viendo la procesión del Jueves por la noche junto a ella, pero al llegar media tarde comenzó a llover con fuerza, de tal modo que decidimos despedirnos, pues ella llevaba ya los pies destrozados (a quien se le ocurre salir a mostrar una ciudad con tacones, juasss) y además la lluvia ya era molesta y no nos dejaría ver absolutamente nada.
Después de despedirnos y dar un fuerte abrazo a nuestra amiga, salimos evitando la lluvia hacia las autocaravanas y disfrutamos de una cena y un descanso bien merecido mientras el agua caía con ganas en el exterior.
Viernes, 10 de Abril
Un sol espléndido nos sorprendió por la mañana, después de estar lloviendo prácticamente toda la noche...
Y reemprendimos el viaje, esta vez solos, pues los amigos con los que iniciamos estas vacaciones tendrían que trabajar al día siguiente, y les esperaba un duro día de bajada hasta llegar a Albacete.
Nosotros, en cambio, teníamos aún algunos días y habíamos previsto un itinerario más de interior para ir bajando poco a poco. Así que, nos dirigimos sin más hacia la localidad de Orense.
Pensábamos pasar parte del día visitando esa bonita población, pero nuestra sorpresa fué que cuando llegamos, no había posibilidad de aparcar nuestro vehículo en ningún lugar de la ciudad... ni siquiera para bajar un rato a ver lo que nos habían comentado que no debíamos perdernos... por lo que lamentablemente, decidimos seguir hacia delante hasta otro sitio que poder visitar.... y de ese modo, llegamos hasta Monforte de Lemos.
Subimos con la auto y aparcamos al lado del Monasterio Benedictino de San Vicente, que actualmente es un Parador.
Pasamos un momento por ver el claustro
que hoy en día está acristalado y la galería es actualmente parte de la cafetería del Parador... una preciosidad.
Y después, salimos para visitar la torre del homenaje que se encuentra fuera del recinto
y nos decidimos a subir hasta su azotea...
pasando por las distintas salas, que contenían diverso mobiliario y armas de la época...
Después de la visita, bajamos y buscamos un lugar tranquilo para comer... y tras un breve descanso, volvemos a ponernos en marcha, esta vez, para dirigirnos hasta A Pobra de Trives.
Empezamos a ver montaña... y a subir... a subir... a subir... upsss creo que llegamos a la cima... no sabíamos que este pueblecito se encontrara a tanta altitud...
El motivo de la visita a este bonito pueblo de montaña, es conocer personalmente a Reme, una amiga que llevaba muchos años tratando con mi marido temas laborales telefónicamente. Jamás se habían visto en persona, y una vez que pasábamos tan cerquita de su casa, no podíamos marcharnos sin visitarla y conocerla a ella y a su encantadora familia.
a los que me gustaría agradecer el estupendo trato que nos brindaron.
Después de las consabidas presentaciones y efusivos abrazos (no es para menos, después de más de veinte años de tantas y tantas conversaciones telefónicas... ) nos invitaron a su casa y allí mantuvimos una animada charla acompañada por cafés, dulces y un licor casero que nos estuvo riquísimo... todo ello, con las vistas impresionantes de la montaña más alta de toda Galicia, que podíamos ver a través de los ventanales de su salón...
Después de una relajada tarde en tan agradable compañía, toca volver por donde hemos llegado. No queremos salir muy tarde pues nos espera una gran bajada desde lo alto de la montaña y con muchas curvas... lo que menos nos apetece es que nos oscurezca en la montaña, así que... después de despedirnos y desearnos lo mejor mutuamente (además de obsequiarnos con diversos productos caseros para degustarlos por el camino), salimos de nuevo en marcha camino de nuestro siguiente destino... Castrocaldelas.
La verdad es que llegamos con la hora un poco pegada... eran casi las 8 de la tarde, pero nos dió el tiempo justo de llegar hasta el castillo y poder entrar para visitarlo.
subimos por las empinadas escaleras
y llegamos hasta la terraza superior, donde las vistas eran increíbles.
Recorrimos los balcones interiores que daban al enorme patio de armas.
Y también pudimos recorrer las diferentes estancias
en donde se podían ver herramientas y demás objetos de la época...
desde el patio de armas, también se accedía a otro patio de armas más antiguo y la zona en donde estaría la primera de las construcciones del castillo...
y tras recorrer todos los recovecos, salimos de él para encaminarnos hacia la auto.
pero en el camino vemos la fachada de una iglesia...
y no nos podemos resistir a pasar al menos a echar un vistazo...
Casualmente, el sacerdote está allí en ese momento, y al reconocernos como turistas nos llama la atención hacia la cúpula que tenemos sobre nuestras cabezas
informándonos de que no nos habíamos percatado que su forma no era totalmente circular, sino que tenía un pronunciado achatamiento, quedando de forma claramente oval, construcción rara, ya que la forma circular se supone de mayor firmeza y estabilidad a la hora de realizar estas construcciones.
Y después de charlar un rato con el amable anciano, nos despedimos y llegamos por fin a la dragoneta, poniendo rumbo al destino final del día, que no era otro que el área de O Barco de Valdeorras.
El motivo de visitar este pueblo es además de visitar el Monasterio de Xagoaza, con la intención de conocer a otro ciberamigo con el que habíamos hablado en alguna ocasión vía e-mail y sabíamos de su interés por las autocaravanas... Logio, al que llamé unas horas antes de llegar por si habría posibilidad de vernos esa noche o al día siguiente, y con el que quedamos para el día siguiente por la mañana pues ya era algo tarde para vernos esa noche.
Cuando llegamos, ya es noche cerrada.
El suelo del área está totalmente embarrado, pues ha sido un día algo lluvioso, y cuando Toño comienza a hacer maniobras para colocar la auto lo mejor posible, ésta queda atascada en el barro de tal forma que aún con la pericia que demostró mi marido ante la situación, era imposible sacar la auto del barro.
Pero en esta vida, todo está lleno de casualidades... y justo en el momento en que bajo y voy a dar la vuelta para ver como está la rueda, un chico se nos acerca por la calle, seguido de otro muchacho montando en un Land Rover y nos dice que se han dado cuenta de la situación y que si necesitamos ayuda...
Yo no me lo podía creer... por supuesto les dije que efectivamente, si nos ayudaban nos harían un gran favor. Y ni corto ni perezoso, engancharon una especie de cincha ancha desde el Land Rover a la auto, y en un periquete y sin apenas esfuerzo, nuestro vehículo estaba otra vez fuera del barro.
Después de agradecerles la ayuda mi marido y yo, y ofrecerles una cerveza fresquita o cualquier cosa que les apeteciese, los dos chavales se marcharon rechazando el ofrecimiento con amabilidad pues nos comentaron que los esperaban a cenar, así que, desaparecieron tan velozmente como habían aparecido... vamos, Toño y yo no tuvimos tiempo apenas de reaccionar y darnos cuenta de lo sucedido... podría haberse complicado la cosa de tal forma... incluso podríamos haber tenido que echar mano de la grúa... y a todo esto... era Viernes Santo y las 9 de la noche... (incluso hay quien nos ha dicho que fueron dos ángeles que se nos aparecieron, jejeje... porque pasó tan rápido que ni siquiera creo que fuimos conscientes de todo lo que pasó en apenas cinco o diez minutos... ).
Una vez fuera del barro, optamos por dejar aparcada la auto en la parte exterior del área, junto a la acera, pues tememos quedar embarrancados de nuevo durante la noche. Y preparamos todo para descansar después de un largo día y una accidentada noche. (Unos días más tarde, ya en casa, nos enteramos que ese área estaba todavía sin inaugurar).
Sábado, 11 de Abril
Al día siguiente y ya repuestos del susto de la noche pasada, lucía otra vez un sol espléndido.
Aunque el área permanecía todavía con el barro y los charcos, así que nosotros desconfiábamos de pasar y vaciar aguas....
Enseguida se hizo la hora y pudimos vernos con Eulogio y su encantadora familia... aunque nos costó un rato, ya que yo pensaba que ellos vivían en O Barco, pero estaba equivocada... pues él es de A Rúa... y yo cabezona, lo volví loco buscando un área en su municipio (aunque allí también tienen área y si lo llego a saber habríamos pasado la noche allí...) que en realidad estaba en el pueblo de al lado, jejeje...
Cuando al fin nos encontramos y acabamos con las presentaciones, nos pusimos en marcha para llegar hasta el Monasterio de Xagoaza, al que estabamos deseando llegar.
Lo malo es que el camino hasta el monasterio no está hecho precisamente para autocaravanas, por lo que después de darle vueltas y sopesar la situación, decidimos desistir (aunque lo lamenté muchísimo) y marchar hasta algún otro lugar de interés al que tuvieramos una mejor accesibilidad... ya tendríamos ocasión de volver y poder visitarlo, pero esta vez estaba complicado y no teníamos vehículos suficientes... eramos muchos y no ibamos a tener a Eulogio haciendo viajes con su coche... así que, optamos por visitar otro de los muchos sitios en la localidad...
Y nuestro amigo, que por supuesto se conoce toda la zona, optó por acompañarnos hasta un precioso rincón en el que se encuentra el Santuario das Ermitas.
Un escenario precioso... unas vistas impresionantes, y una bajada de escándalo por carretera, precedieron la visita hasta el Santuario.
Y como no, nos hicimos una foto para recordar el momento ante la preciosa fachada del edificio
Pasamos al interior
y después de admirar todo con detalle, salimos fuera para hacer más fotos y observar también las bonitas fachadas...
Cuando acabamos la visita, volvímos hasta los vehículos y pensamos que era buena hora para tomar una cervecita y unas coca colas mientras charlabamos con esta simpática familia... y cambiábamos impresiones acerca de las autocaravanas, las vacaciones, nuestros trabajos... en fin... conocernos un poco más y hablar de nuestros intereses comunes mientras tomábamos unas papas...
Y llegó el momento de partir... así que, antes de subir nos despedimos de nuestros amigos... y les dimos las gracias por su amabilidad y por lo bien que se habían portado con nosotros, acompañándonos durante toda la mañana para mostrarnos un trocito de su tierra.
Lo dicho, nos despedimos en el aparcamiento porque ya no pararíamos al subir toda la montaña, y continuamos nuestro viaje... camino ahora de Ponferrada.
Cuando llegamos, era la hora apropiada para comer algo, por lo que aparcamos y me dispuse a preparar algo para comer y descansar un poquito...
Una vez repuestos, nos pusimos en marcha y llegamos hasta el castillo, cuya fachada me pareció de auténtico cuento
como aún era algo temprano, hice algunas fotos en la fachada mientras abrían para visitarlo...
Por fín abrieron y pudimos comenzar la visita...
El Castillo de Ponferrada fue inicialmente un pequeño poblado con una cerca hecha con cantos y barro (s. XII), reforzada en época de los Templarios con un muro de cal y canto (s. XIII). Tras ser confiscado a la Orden del Temple en el s. XIV, su nuevo señor Pedro Fernández de Castro levantó un castillo en un extremo (Castillo Viejo). Durante el siglo XV perteneció al duque de Arjona, a su hermana Beatriz de Castro y al esposo de ésta, Pedro Álvarez de Osorio, Conde de Lemos, que realizó grandes obras convirtiendo lo que quedaba del primitivo recinto templario en un fuerte y lujoso palacio que se llamó Castillo Nuevo. Su nieto, el siguiente Conde de Lemos, que adoptó como divisa la "tau" que ya empleara su abuelo, se sublevó contra los Reyes Católicos, quienes tomaron Castilla en 1483 y realizaron las obras siendo alcalde real Juan de Torres.
Siguiendo las indicaciones del personal del castillo comenzamos la visita subiendo por una de las zonas de ronda...
desde donde algunos torreones ofrecían unas vistas que quizás no soy capaz de plasmar...
e ibamos pasando sucesivamente por las distintas torres, algunas de ellas con la particularidad de que estaban separadas del muro, y no pegadas a él como es lo habitual.
caminamos por el enorme patio de armas, viendo los diferentes edificios, como el Palacio Nuevo
aunque no se puede visitar su interior, por lo que nos dirigimos hacia la zona del Castillo Viejo
donde podíamos subir hasta lo más alto de la torre del homenaje
y después de recorrernos las distintas zonas de la enorme edificación, salimos del castillo
para encaminarnos hacia el interior del pueblo
paseamos por sus calles hasta dar con la famosa torre del reloj
que daba a una plaza preciosa (y enorme, la verdad)
y desde allí, decidimos volver a nuestro vehículo y continuar viaje... hasta que llegamos a Astorga.
Preciosa localidad que Toño y yo ya habíamos visitado anteriormente y de la que ya hice el relato correspondiente... aunque mis hijos no la habían visto y esta era una estupenda ocasión para volver a recorrer sus calles.
Lo más llamativo (al menos para mí) es el reloj del ayuntamiento, con los maragatos que se mueven y tocan las campanas cada media hora... en verdad es curioso de ver y se concentra mucha gente en la plaza para ver las campanadas.
Como ya era tarde para visitar nada, dimos un paseo por la plaza y algunas calles, que estaban bastante animadas por cierto, llegando hasta las ruinas romanas...
y volvimos hasta la auto para cenar y acostarnos a descansar.
Domingo, 12 de Abril
Para nuestra alegría, el sol volvía a sorprendernos para acompañarnos durante toda la mañana...
Primero nos dirigimos hacia la Catedral...
y recorrimos su fachada... no me había fijado yo antes en la figura que tiene en lo alto... que curiosa figura... ¿será también un maragato??
en uno de sus laterales, tiene otra fachada que aunque no es la principal, me parece también impresionante...
y pasamos al interior
en donde lo que más me impresionó fueron las enormes columnas...
Después pasamos al interior del Museo Catedralicio... también bastante interesante...
Y desde aquí, como no, pasamos también a ver el Palacio Episcopal creado por Gaudí...
La vez anterior ya me pareció precioso... pero es que en verdad es de una belleza impresionante...
lo cierto es que nos encantó mostrarle a nuestros hijos este lugar... y estuvimos un buen rato recorriendo las estancias, a cual más original en su diseño...
Hasta que al fín, salimos del palacio encantados... y volvimos a la autocaravana para ponernos en marcha y llegar hasta nuestro siguiente destino... León, en donde tienen una estupenda área para autocaravanas.
En cuanto llegamos, bajamos a ver algo de la ciudad. Teníamos pensado comer antes, pero la curiosidad pudo con nosotros y sin pensarlo dos veces comenzamos a caminar hasta llegar al Parador de San Marcos, antiguo Hospital de peregrinos...
y pasamos a ver la enorme capilla
al salir, como aún no teníamos demasiadas ganas de comer, continuamos con el paseo por la emblemática ciudad...
y de que nos dimos cuenta, estabamos en la catedral
así que, ya que estabamos en la puerta, pues pasamos a ver el impresionante monumento...
Cuando salimos de la catedral, nos encaminamos de nuevo hacia nuestro vehículo... comimos, descansamos... y a la tarde, siguiendo una guía que había sacado yo para nuestro anterior viaje a León, y que está en Internet con el nombre de León Oculto, nos dedicamos toda la tarde a buscar imágenes, figuritas y emblemas esculpidos en las fachadas de los diferentes edificios que la guía nos iba indicando...
y que de paso, nos hace fijarnos detenidamente en las maravillosas fachadas y elementos decorativos de los edificios...
Y así pasamos el resto de la tarde, hasta que se nos hizo de noche... y regresamos totalmente reventados a nuestra querida Dragoneta. Dormimos como lirones hasta el día siguiente...
Lunes, 13 de Abril
Y el último día llego... el día de vuelta.
Nos levantamos tempranito... y en seguida nos pusimos en marcha. Comenzamos tan descansados que se nos pasó la mañana volando...
Antes de llegar a Madrid paramos a comer, y el café lo tomamos en casa de la cuñada, jejeje.. y de paso veíamos al sobrinete que ya lo echábamos de menos... además, Toño descansaba un poco de conducir... y tras un ratillo de relax, salimos otra vez en marcha... esta vez ya directamente para llegar a casa... y dando fin a un precioso viaje que además, ha sido también viaje de encuentros con personas queridas y que al fin hemos podido conocer en persona.
Y como siempre... las mismas sensaciones... pocas ganas de llegar, porque vas viendo que se acaba lo bueno... pero por otro lado, maquinando nuestra próxima aventura... ¿adivinas adonde iremos??
Gracias por leer hasta aquí y espero que me sigas en nuestro próximo viaje...
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