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Antes de comenzar a leer, te recomiendo que te pongas cómodo, los relatos por lo general son largos, así que... prepárate un cafetillo (o cualquier cosa que te apetezca), relájate... y disfruta de la lectura.



Espero que te guste y vuelvas pronto para leer mi próximo viaje..







viernes, 13 de junio de 2008

Javalambre en Navidad

No tardamos mucho en encontrar la ocasión para estrenar el trineo que compramos en Sierra Nevada. Aprovechando que otro de mis cuñados fué al mismo pueblo de Granada (Armilla), le encargamos la compra de las cadenas (aquellas que fuimos nosotros a comprar, pero que no pudimos por estar cerrado) y el fin de semana entre Navidad y Año Nuevo nos fuimos otra vez en busca de la nieve.

Decidimos que iríamos a Javalambre. Nos habían hablado muy bien de la zona, y como sabíamos que había nevado recientemente, pues esperabamos encontrar algo de nieve. Así que, sin pensarlo mucho, preparé la ropa y la despensa de la auto, y salimos cortando (esta vez nos fuimos solos) hacia Teruel el día 26, justo después de Navidad que caía en miércoles. Teníamos pensado estar en Javalambre hasta el domingo 30, ya que nos gusta pasar los días más señalados de la Navidad con nuestras familias...

Pues nada... nos ponemos en camino y la verdad es que en carretera no tuvimos ningún problema... el viaje dura bastante, así que tampoco quisimos hacer muchas paradas para llegar de día, y no tener problemas a la hora de aparcar... por lo demás, el viaje resultó una maravilla, salvo que fuimos por el camino más difícil y en vez de pillar la carretera en mejor estado, subimos hasta Javalambre por Camarena de la Sierra... y la verdad, la cuesta por enmedio del pueblo me acongojó un poquitín, jejejeje.... pero bueno... la dragoneta demostró que tiene un buen motor y subimos por toda la cuesta hasta llegar a la parte más empinada del pueblo, enlazando con la carretera (que debíamos haber cogido en un principio) y que llevaba directamente a Javalambre.

Cuando llegamos, estaba a punto de oscurecer, pero aún se veía bien.



La belleza del lugar nos impactó... ver todo tan blanco, era impresionante... aquí sí que había nevado últimamente... aunque la carretera por la que habíamos venido no tenía apenas nieve (se nota que los quitanieves estaban ya en plena forma) conforme ibamos entrando en la estación, más nieve había... llegamos hasta el final del aparcamiento... hasta arriba de nieve. Nos extrañó que no había ni un alma por allí, pero como ya era tarde (serían las siete y pico o las ocho) y se veía todo cerrado, pues pensamos que sería normal... lo que no nos parecía normal era no ver a ninguna AC más por allí. Es que estabamos total y absolutamente solos...

Aparcamos (al fondo del todo, yo creo que más al fondo no podíamos aparcar...) y nos bajamos para dar un pequeño paseo y ver aquello.

Para quien no haya estado nunca en Javalambre, diré que al contrario que en Sierra Nevada, que cuando es temporada es todo animación y no paras de ver gente por todos sitios incluso por la noche, la estación de Javalambre se compone de un par de edificios (la cafetería y la tienda de alquileres y forfaits)... y poco más. Y como esas tiendas quedan cerradas alrededor de las 6 de la tarde, pues resulta que cuando llegan las siete, allí no queda un alma, ya que el pueblo más cercano es Camarena de la Sierra, y queda a unos cuantos kilometros de allí... con lo cual, aquello se queda más sólo que la una desde las seis de la tarde hasta las ocho de la mañana siguiente...

Pues nada... dimos el paseo, y nos acercamos hasta los edificios... ya había oscurecido, y observamos que cuando pasamos por delante de los establecimientos se encendieron unos grandes focos... y un poco más allá, vimos a otro grupo de personas también paseando.
Por curiosidad, nos acercamos hasta la gente para ver que hacían por allí a esas horas de la noche, para descubrir que eran dos familias de autocaravanistas (que bien... que contentos nos pusimos al enterarnos), que habían llegado hacía un rato, y habían dejado las autos justo a la entrada, delante de los edificios.

Tras un ratillo de presentaciones y charla, cambiando impresiones y comentando que nosotros teníamos la AC aparcada al fondo del todo, nos animan a traerla hasta donde ellos estaban (pues la verdad, era mejor ubicación, ahora al estar más) y aparcarla a su lado.
A todo esto, llegó un empleado de la estación diciendo que habían saltado las alarmas de detección de movimiento (evidente, llevabamos allí una hora dando vueltas de reconocimiento por toda la zona...) y nosotros nos disculpamos, diciendo que seguramente habríamos sido nosotros pero que ya nos marchábamos a nuestros vehículos para no molestar más por esa noche.

Seguidamente, Toño se fué a mover la auto y colocarla junto a las otras dos. En realidad, para nosotros fué un alivio encontrar más gente para no pasar la noche solos. Parece que al estar acompañado, simplemente sabiendo que hay alguien a tu lado te encuentras más a gusto que totalmente solo, enmedio de la montaña (y de la nieve).

Al fin, la AC quedó colocada más arropada ahora. Estuvimos un buen rato charlando con los dos matrimonios de Madrid, hasta que se hizo la hora de cenar. Nos despedimos hasta el día siguiente y nos pasamos a cenar y a descansar.

Lo malo es que se levantó ventisca... y durante toda la noche no dejó de nevar, y de moverse aire... pero un aire, que daba miedo. Entre los sonidos del viento, y los meneos de la auto, que parecía que se iba a despeñar de lo fuerte que se movía (yo no hacía más que preguntarle a Toño si había puesto bien el freno de mano, porque en cualquier momento, me daba la impresión de que saldríamos disparados montaña abajo).

Tanto era el aire de la ventisca, que se nos apagó la calefacción (con el frío que hacía, jejej). No sabíamos cual era el motivo, pero a eso de las cinco de la mañana, se nos apagó la caldera y no había manera de hacerla funcionar... menos mal que llevabamos los nórdicos (qué gran invento...), y como la auto estaba calentita, llegamos al día siguiente con buena temperatura, pero teníamos que solucionar el tema por la mañana o tendríamos que irnos, porque sin calefacción, a ver quién era el guapo que se quedaba allí.

Y así, llegamos al día siguiente, jejeje empezamos a ver llegar a toda la gente, los trabajadores, y los que venían a esquiar... pero la ventisca no cesaba...

El caso es que hablando con los de las otras autos, solucionamos el problema de la calefacción (parece que era algo común en este tipo de calefacciones, que el aire se colaba por arriba y apagaba la llama), había que subir y poner algo en la chimenea para que bloquease la entrada de aire por el lado en que venía... así que, subimos y pusimos una tabla gruesa que llevabamos de forma que entrara aire sólo por el lado contrario. De esta forma, la calefacción funcionó otra vez de maravilla... a respirar, y a disfrutar del día entre la nieve...



Antes de sacar los trineos, los críos tenían ganas de dar unas clases con esquíes, así que, fuímos a ver como estaba el tema... después de algunas gestiones, al final, les alquilamos los esquíes (junto con el casco y los bastones) para todo el día, y les conseguimos un par de horas de clases con un monitor.

Aunque el día no estaba muy católico que digamos, las clases las dieron estupendamente, y pudieron disfrutar de lo lindo...

Mientras, mi marido y yo, tomando un café calentitos en la cafetería... y observando a los peques....

Cuando las dos horas acabaron, fuimos derechos hasta la autocaravana. Los críos se cambiaron de ropa, y tomamos algo de comer, pues ya era mediodía. Es que, entre arreglar el tema de la calefacción y demás, comenzamos un pelín tarde la mañana.

Después de comer, y como el alquiler de los esquíes era para todo el día, los críos aprovecharon y estuvieron esquiando mientras la estación estuvo abierta.... mientras tanto, nosotros nos dedicamos a charlar con los vecinos de AC, y observábamos a la gente sobre la nieve. Pasamos el día en un pis pas (jolín, es que a las cinco ya era casi de noche... como cunden los días en las estaciones de invierno, jejejj)



A todo esto, la ventisca que no cesaba... entre el ruido que se oía cuando estabamos dentro de la auto, y los movimientos (que parecía que iba a salir volando) la verdad es que imponía bastante....
Además, nos habían dicho que el tiempo seguiría así... y seguramente empeoraría... así que, acordamos que a la mañana siguiente nos iríamos de allí...
Los otros dos matrimonios también se iban a marchar... creo que era lo mejor, entre que el tiempo no era muy bueno (uno de los remontes lo habían cerrado por la ventisca) y luego, si nevaba... pues la carretera no estaría tampoco muy bien... así que, pensamos que por la mañana, aprovecharíamos cuando bajase el quitanieves y nos bajaríamos detrás.



De momento, estaban cerrando la estación otro día más, y nosotros devolvimos los esquíes. Mis hijos tomaron algo para merendar, y a continuación sacaron el trineo para estrenarlo. En Javalambre sí que tienen una buena bajada para jugar con los trineos... y allí también disfrutaron los críos un buen rato... bueno... que no dejaron de tirarse hasta la hora de cenar, vamos....

Cuando llegaron... se cambiaron de ropa, cenamos, y vimos un ratillo la tele hasta caer rendidos.... los críos habían pasado un día espléndido a pesar de las inclemencias del tiempo, y habían jugado de lo lindo con la nieve, que era uno de los objetivos...

A la mañana siguiente, viernes, la ventisca parecía que había cesado un poco. El quitanieves había bajado ya un par de veces, y los críos habían jugado otro rato con el trineo...

A eso de media mañana, salió el sol y nos comentaron que la carretera estaba bien para bajar... así que, aprovechamos una de las bajadas del quitanieves y salimos las tres AC's detrás siguiendo sus pasos... hasta llegar a la zona más baja.

Cuando llegamos abajo... los otros matrimonios pararon y les invitamos a un café antes de la despedida.
Si este mundo del autocaravanismo es bonito, en parte, se debe a la gran cantidad de gente maravillosa que conoces por el camino...
Después del café e intercambio de teléfonos, nos despedimos, esperando vernos en algún otro lugar, y cada uno salimos en una dirección.

Nosotros, después de pensar durante algunos kilómetros, nos decidimos por volver a casa y preparar tranquilamente la fiesta de nochevieja. Ya tendríamos más ocasiones para visitar nieve, y que los niños disfrutaran de ella.

Y así fué como regresamos a casa del que sería el último viaje del año. Con la alegría de haber pasado un par de días estupendos y la pena de tener que volver tan pronto a casa... y con la esperanza de poder salir cuanto antes hacia nuevas aventuras.

2 comentarios:

  1. Hola Tengo previsto ir a Javalambre en Navidad, y viajo con dos niños de 2 y 4 años. Solo quería utilizar un trineo que tenemos, nada serio, y me preguntaba si en esta estación existe alguna zona fuera de pista donde poder pasar un rato en contacto con la nieve. Gracias. miguelalberola@gmail.com

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  2. Hola Miguel, pues cuando nosotros fuimos sí que la había, además era bastante amplia y los críos se lo pasaron de miedo cuando cerraron las pistas, porque continuamos allí con los trineos... pero esto es de hace ya unos 3 años... y ahora mismo no sé como está la zona porque llevamos tiempo sin ir por allí.

    Saludetes.

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