Con motivo del nuevo año, hemos vuelto a reunirnos con nuestros amigos para celebrar una Nochevieja algo particular, jejeje...
El encuentro se realizó durante los días 18, 19 y 20 de enero, en el Santuario del Cristo de los Villajos, lugar ya conocido por todos nosotros y en el que podemos resguardarnos del mal tiempo, el frío y la lluvia.
Poco a poco, todos fuimos llegando al Santuario el viernes por la tarde.
La chimenea se pone en marcha para que todos entremos en calorcito
y comienzan los abrazos y saludos, la alegría de volver a vernos... la verdad es que lo pasamos tan bien cuando nos juntamos, que estamos siempre deseando encontrarnos... las risas están aseguradas.
En la mañana del sábado estaba prevista una visita al Toboso.... pero amaneció un día malísimo... comenzó a llover con mucha fuerza a eso de las 8 de la mañana, y como la previsiones eran para todo el día igual, se decidió cambiar el programa del sábado por el del domingo, con la esperanza de que al día siguiente el tiempo mejorase y pudiésemos visitar el pueblo de Dulcinea sin problemas...
La lluvia nos dio un respiro, pero el mal tiempo continuó durante el resto del día, con un frío enorme y un airazo muy molesto, aunque resguardados en el salón del santuario, apenas notamos las inclemencias del tiempo.
Y entre unas cosas y otras, pasamos la mañana y de que nos quisimos dar cuenta era ya buena hora para preparar la comida, así que en cuestión de minutos estábamos ya friendo el pan y el resto de los ingredientes para las migas
y entre cerveza y cerveza, las migas salieron estupendas
tan estupendas... que no dejamos ni gota
vamos, que nos faltó pasarle la lengua a la sartén...
para los postres tuvimos hasta tarta de cumpleaños de uno de los peques.
Y no tengo que contar la sobremesa del café... chistes, risas, dolor de barriga, más risas... dolor de mandíbulas, más risas... más chistes... ufff... un no parar... y encima con los superpostres de maricarmen, que nos está malacostumbrando...
y ya preparados, comenzamos a montar los rollitos tras las buenas explicaciones de los que saben.
Nos aplicamos todos, y nos salieron unos sushis que pa qué
Terminamos justo a una buena hora para cenar (las migas las teníamos ya en los pies), así que sacamos los platos que teníamos cada uno preparados para la cena y comenzamos en cero coma.
pero antes, por supuesto, nos pusimos todos de corbata...
Gracias al equipo de Carlos (alias culochapa) pudimos disfrutar de música y luces de discoteca hasta altas horas de la madrugada... y la velada no pudo terminar mejor...
Nos dirigimos hacia la plaza, en la que habíamos quedado con la persona que se encargaría de guiarnos para mostrarnos lo más representativo del Toboso
Desde allí, y tras una breve explicación, nos encaminamos hacia el museo Cervantino, en el que se guardan montones de ejemplares del Quijote, todos cedidos por personalidades famosas e importantes, en multitud de idiomas, y de todos tipos y tamaños... un lugar bastante curioso.
Al salir del museo, nos encaminamos hacia la iglesia de San Antonio Abad
y desde allí fuimos a visitar otro lugar interesante, el Museo del Humor Gráfico Dulcinea, con una colección de dibujos dedicados a la figura de Dulcinea, realizados por los más famosos humoristas españoles y extranjeros, cedida por el dibujante y humorista D. José Luís Martín Mena.
y en donde pasamos un rato estupendo, viendo las numerosas viñetas, a cual más divertida
y por último también visitamos la casa de Dulcinea, aunque mientras aguardábamos el turno para entrar, nos entretuvimos contemplando algunos animales que había en el edificio de enfrente
La casa de Dulcinea es también muy curiosa, se trata de la que fue casa de Ana Zarco, la que se supone fue la señora que inspiró a Cervantes para el papel de Dulcinea (la dulce Ana)
y al terminar, todos de vuelta al Santuario
En cuanto llegamos nos pusimos manos a la obra para preparar la comida y en menos que canta un gallo, estábamos de nuevo comiendo al calor de la chimenea en el salón del Santuario.
Un buen descanso en la sobremesa para relajarnos mientras se hace la hora de las despedidas... y aunque no tenemos ganas de irnos, poco a poco nos vamos despidiendo y saliendo cada uno de camino a su hogar.
Como siempre sucede, volvemos tristes porque se nos acaba el domingo, pero también estamos muy contentos por lo bien que lo hemos pasado y ya pensando en la próxima aventura....