Otro nuevo fin de semana que en compañía de nuestros amigos autocaravanistas lo hemos pasado genial en Daimiel, en el local de Ramón y Mari Carmen y que nos sirvió para resguardarnos de un frío fin de semana. Como siempre fuimos llegando poco a poco durante la tarde del viernes 23 de Noviembre.
Alrededor de la chimenea fuimos haciendo corro y charlando sin parar, como siempre nos pasa.
La charla se alarga hasta bien entrada la noche y poco a poco nos vamos retirando para descansar y levantarnos pronto el sábado.
Por la mañana, nos preparamos para salir bien pronto, nos espera un día de movimiento, jeje...
Salimos a buena hora para visitar una quesería de la zona, Zacatena.
Estos fines de semana nos encantan, porque al tiempo que lo pasamos genial en compañía de tantos amigos, podemos disfrutar de unos trayectos espectaculares, y visitar lugares que nos permiten conocer mejor y apreciar en mayor medida los alimentos que elaboran.
al fin llegamos hasta la dehesa, aparcamos y vamos hasta la puerta para encontrarnos con los dueños
El encargado de recibirnos y mostrarnos las instalaciones, muy agradable, nos acompañó durante la visita dándonos todo lujo de detalles con respecto a la finca y sus orígenes
tenían ya preparadas las mesas con las degustaciones que dejamos para el final de la visita
nos mostraron el interior, por supuesto, la maquinaria que utilizan, y nos explicaron el proceso que se lleva a cabo para elaborar el queso que allí hacen
También, como no, nos mostraron donde tienen a las ovejas, y lo mimadas que las tienen
lo pasamos genial viendo a las más pequeñitas, jeje... eran una ricura, nos explicaron que había algunas recién paridas de la noche anterior, daba una cosita verlas tan chiquitinas... este rato fue particularmente divertido...
y para terminar, la degustación que había prevista.... seguida de una visita hasta el mostrador... creo que no quedó nadie sin comprar algún que otro trozo de queso, estaban riquísimos
Cuando terminamos, decidimos salir en las autos y comer en una zona al aire libre, al lado del castillo de Calatrava la Vieja
Aunque no pasaramos a visitarlo, al menos podríamos verlo por fuera mientras comíamos
Tras la comida y el rato de relax, nos volvemos a poner en marcha para llegar cuanto antes a Almagro
La policía local, siempre tan atenta, nos escoltó desde la entrada del pueblo y nos llevó justo hasta el aparcamiento
Queríamos ver el patio de comedias, pero antes de eso, también nos apetecía pasear un poco por las calles y ver la bonita plaza de esta localidad
En su origen, plaza de armas y posteriormente centro de una feria de comercio, de planta rectangular irregular y dos pisos, está inspirada en las flamencas, en ella se haya el Patio de Comedias del siglo XVII, el único que se conserva íntegro de aquella época.
Dimos un paseo, callejeando, para ver las fachadas y los diferentes escudos
Hubiésemos paseado mucho más, pero el Corral de Comedias nos esperaba y no queríamos llegar tarde, jeje
En el corral, sacamos las entradas para una visita teatralizada y lo pasamos genial
pasamos un rato estupendo con los actores que nos entretuvieron con su actuación, y al terminar casi era de noche ya...
Al salir, directamente hasta la casa de Ramón y M. Carmen, a resguardarnos del frío y preparar la noche de fiesta que teníamos preparada
Primero, unas buenas brasas para la cena, que nos pusimos las botas con tantas cosas
Y nada más terminar, comienza la fiesta de los sombreros.... a cual modelo más original
y gracias también al hijo de Ramón, que se ocupó de la música, iluminación y demás efectos discotequeros varios...
pasamos una velada de vicio... bailando sin parar toda la noche
Comenzamos a preparar para las gachas y el aperitivo, entre todos preparamos una buena mesa, y cuando estuvo todo listo, a comer....
Nada más comer, nos sentamos a reposar las gachas que suelen llenar bastante y disfrutamos de una sobremesa muy entretenida, tras la cual comenzaron las despedidas ya que teníamos unas horas de viaje hasta llegar cada uno a nuestro lugar de origen.
Como siempre, nos lo hemos pasado de escándalo y volvemos con la penita de que tenemos que regresar a la rutina, pero también con esas risas tontas recordando los buenos ratos y preparando, como no, nuestra siguiente salida.